¿Qué permisos necesitas para hacer reformas?

• La reforma más sencilla y habitual es la que afecta a instalaciones interiores. Para cambiar la fontanería, la instalación eléctrica, los suelos o les recubrimientos interiores no necesitáis permiso municipal. En principio no hace falta pagar tasas, a no ser que tengáis que colocar un contenedor de escombros en la calle y os hagan pagar por ocupar la vía pública.
• Si tenéis que hacer cambios en la distribución de la casa, la cosa cambia. Deberéis pagar seguro por la prestación de servicios urbanísticos (el papeleo que tiene que hacer el ayuntamiento) y por el ICIO (Impuesto de Construcción, Instalaciones y Obras). También hará falta que paguéis por la colocación del contenedor de escombros y por las vallas o andamios si se requieren.
• Si hacéis reformas en la estructura de la casa, es decir, cambios que afecten al diseño y la estructura original, los permisos que necesitáis son los mismos que en el caso anterior. La única diferencia es que, además, hace falta que un técnico colegiado (arquitecto o ingeniero) firme el proyecto.
• Si vuestras reformas afectan elementos comunitarios como fachadas, terrazas o balcones, necesitáis también el permiso municipal y a la documentación anterior se deberán añadir planos de situación y fotografías. En este caso no hará falta la supervisión de un técnico colegiado pero si el consentimiento de la comunidad de propietarios.
• En caso que queráis ampliar la superficie inicial para construir un garaje, un trastero, un ático, etc. debéis tener en cuenta qué permite la normativa urbanística vigente. En estos cosos lo habitual es que tengáis que pedir una licencia de obra mayor.
• Por último, si las reformas que tenéis que hacer implican un cambio de uso de la parcela encontraréis en la normativa qué usos podéis darle y qué no. En la misma normativa también se detalla qué densidad puede haber, es decir, cuantos pisos en una misma parcela. En este caso, como en el anterior, también será necesario solicitar una licencia de obra mayor.

Ya lo sabéis, antes de iniciar un proceso de reforma, procurad que esté todo en regla. De esta manera evitaréis que la obra se dilate o que se os encarezca el presupuesto.