Alquilar una vivienda permite obtener una serie de ingresos extra de manera regular. Es precisamente por esta regularidad en los ingresos junto con la rentabilidad más grande a largo plazo que este modo de inversión supone.

Aun así, la rentabilidad a la cual podemos optar invirtiendo en una vivienda para alquilarlo no solo depende de la evolución del mercado inmobiliario de una zona concreta. Nuestro trabajo como agencia inmobiliaria consiste a maximizar la rentabilidad para nuestros clientes, un objetivo que solo podemos lograr teniendo muy clara la incidencia de cada uno de los factores siguientes.

En primer lugar, la fianza a depositar en ningún caso puede superar el equivalente a dos mensualidades. Por ley, la fianza a depositar es el equivalente a una mensualidad, pero también se permite pedir una garantía adicional, donde la suma no podría superar los dos meses. Los gastos fijos que tendrás que soportar como arrendador son muy importantes en la hora de calcular la rentabilidad sucia a la cual podrás optar en la hora de invertir en una vivienda para alquilarlo, como son la comunidad de vecinos, el IBI, la tasa de basura y el seguro de la vivienda. Tendrás que comprobar también si en la zona donde se ubica tu vivienda hay algún tipo de regulación de la renta de los alquileres.
En Cataluña, por ejemplo, hay una Ley de contención de los precios que afecta 59 municipios de la comunidad. Esta normativa establece un precio máximo por metro cuadrado en las zonas afectadas. Durante el tiempo en que el locatario permanezca a la vivienda, el arrendador no podrá subir el precio del alquiler.

Otra cosa a tener en cuenta en la hora de invertir en una vivienda para alquilarlo es que siempre tenso la posibilidad de vender una vivienda alquilada, pero el comprador tendrá que subrogarse a la posición del nuevo arrendador y mantener el alquiler con las mismas condiciones pactadas anteriormente. Además, el arrendador tiene la obligación de avisar al inquilino de la intención de vender el inmueble y dejarle treinta días para ejercer su derecho a comprarlo con las mismas condiciones que lo haría un tercero.